sábado, 15 de junio de 2013

La sastrería de Enbizaka

Existió en un lugar muy lejano una historia de despecho, muerte y envidia; y es la que a continuación se relatará...

En un pequeño pueblo de oriente vivía la sastre más hermosa que nadie había visto. Era muy apreciada por todos, puesto que su trabajo era muy bueno y ella era realmente amable. Pero en su cabeza solo existía su querido esposo. Vivia por y para él.

Un día la sastre vió a su amado junto a una mujer más joven que ella. Era muy hermosa. El marido de la sastre sacó un regalo, el cual la muchacha abrió con mucha ilusión. De trataba de un cinturón verde para marcar su esbelta figura. La joven se lo puso de inmediato. Realmente le sentaba muy bien. Por la sangre de la sastre corria como veneno voraz la envidia, el odio y los celos. Pero a pesar de eso tenía que seguir trabajando y rematar ese cinturón verde con las tijeras heredadas de su familia, que como su abuela decía: "Cuanto más afiladas estén, mejor cortarán"

Al día siguiente el vecindario estaba inquieto. Un asesinato había sucedido en el pueblo. El marido de la sastre apenado por aquel suceso decidió pasar tiempo solo, pero una mujer madura y con un sensual kimono rojo se acerco al hombre para consolarlo. Los ojos de la sastre hervian de furia interna que sentía al presenciar esa escena. Pero a pesar de eso tenía que seguir trabajando y rematar ese kimono rojo con las tijeras heredadas de su familia, que como su abuela decía: "Cuanto más afiladas estén, mejor cortarán"

El vecindario se empezó a poner nervioso, otro asesinato había ocurrido en la zona. A otra mujer, esta vez más mayor, le habían arrebatado la vida. La sastre fué al mercado, y alli vió a su esposo con una pequeña, esta vez muy joven, a la cual le estaba regalando una horquilla amarilla para adornar su cabello. Las manos de la sastre se teñian en  carmesí por aquel encuentro. Pero a pesar de eso tenía que seguir trabajando con las tijeras heredadas de su familia, que como su abuela decía: "Cuanto más afiladas estén, mejor cortarán"

El vecindario aterrorizado por el tercer asesinato no salían de sus casas por temor a perder a sus hijas y mujeres.

En la sastrería de Enbizaka se encontraba la sastre más bella que existía. Y alli se encontraba ella, hermosa y única, con su horquilla amarilla adornandole su perfecta cabellera, su sensual kimono rojo que hacía las delicias de quien la mirara y su cinturón verde para rematar la faena anterior. Ella preguntó: "¿Ahora no estoy bella?". Todo el mundo la miraria con deseo, con lujuria; todos, menos su amado esposo quien la miraba con terror al ver las manos de aquella mujer desconocida para él teñidas de sangre por la envidia hacía las personas que él más amaba.

El vecindario esta teñido por el dolor de la pérdida de las vidas de una familia entera constada por cuatro personas a las cuales se les arrebató el derecho a respirar por una bella mujer que envidiaba su vivir.

1 comentario:

  1. Hola linda!
    Qué historia más original! Tiene aspectos interesantes en la manera de narrar y aludir.
    Saludos!

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